Río Gallegos: Un negocios entre hermanos
María Grasso, como titular del IDUV, le pagó $300 millones a su hermano, el intendente Pablo Grasso. Fue por el 100% de una obra que tiene un avance real del 16%. Pese a que la información oficial ya estaría, comprobando el perjuicio al erario público, por ahora no hay denuncia penal, sólo mediática.
Fue la concejal del SER, Victoria Ojeda quién reveló, a partir de un pedido de informes que le hizo al intendente Pablo Grasso, una fuerte irregularidad en torno a la obra del pavimento de la calle 22 del barrio San Benito.
La obra de pavimentación de la calle 22 fue iniciada, por administración por parte del Municipio de Río Gallegos. El jueves 4 de mayo del año pasado, el intendente Pablo Grasso anunciaba en sus redes el inicio de las obras.
Sin embargo con el paso del tiempo la obra se fue ralentizando hasta quedar paralizada. El 21 de febrero de este año, el jefe comunal volvió a utilizar las redes para anunciar su reactivación.
“Seguimos adelante con este proyecto vital para nuestra ciudad capital, ya que la calle 22 es una arteria fundamental, la cual mejora la transitabilidad en Río Gallegos, especialmente para los barrios lindantes, como Patagonia, San Benito, Bicentenario 1 y 2, Santa Cruz y Ayres Argentinos”, afirmó hace un mes.
Esas labores sólo serían para concretar 500 metros de pavimento.
Durante el reinicio de las tareas, Grasso sostuvo que “5 millones de pesos salía cada equipo de asfalto cuando empezamos, hoy 47 millones de pesos y sin embargo el esfuerzo que hacemos para continuar con el plan de pavimentación y asfaltado en toda al ciudad. No nos vamos a detener”, dijo el intendente.
Omisión
Sobre esta obra el intendente cometio varias omisiones u olvidos. Cuando presentó el comienzo de la pavimentación o su reactivación, nunca dijo que el financiamiento era del IDUV.
Por otra parte, más allá de la multiplicación de valores de los productos, merced a la devaluación y la alta inflación aplicada en la era Milei, Grasso podría haber adquirido la totalidad de los equipos de asfalto que se requerían para completar la obra, cuando éste costaba $5 millones.
Ya que también omitió decir que el Municipio, gracias a las gestiones de su hermana María Grasso, cuando ésta estaba al frente del Iduv, pudo cobrar la totalidad del presupuesto previsto para esta obra (más de $304 millones). Pese a que ni siquiera tenía el 20% de avance.