Marineros se abren del SOMU y avanzan en acuerdos directos con empresas para retomar la pesca
Frente al estancamiento en las negociaciones con el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), los marineros comienzan a firmar acuerdos individuales con las empresas pesqueras. El Gobierno nacional los homologaría por tratarse de una “situación extraordinaria”.
Luego de un nuevo portazo del SOMU, que volvió a rechazar la propuesta salarial para la flota congeladora langostinera, las empresas del sector iniciaron contactos directos con los marineros para formalizar acuerdos individuales que permitan retomar la actividad pesquera en aguas nacionales.
Las compañías aseguraron que cuentan con respaldo legal para avanzar en este esquema y que ya reciben señales positivas por parte de los trabajadores en relación de dependencia. Según fuentes del sector, los marineros manifestaron voluntad de salir a pescar cuanto antes, priorizando el sostenimiento de sus ingresos familiares.

El Gobierno podría homologar acuerdos por fuera del sindicato
Durante la última audiencia ante la Secretaría de Trabajo de la Nación, las cámaras empresarias solicitaron la liberación para firmar convenios individuales con cada tripulante que, de forma libre y voluntaria, acepte las nuevas condiciones de producción. El Gobierno nacional analiza homologar estos acuerdos, al considerar que el conflicto ya afecta la continuidad de las unidades productivas y pone en riesgo el ingreso de divisas al país.
Además, algunas empresas comenzaron a convocar tripulaciones de reemplazo, ante la negativa de ciertos sectores politizados del SOMU. Se busca así conformar listas de espera para cubrir los barcos con personal dispuesto a firmar y embarcar de inmediato.
El caso Conarpesa: mensaje directo y anticipo económico
Uno de los ejemplos más contundentes fue el de Fernando Álvarez Castellano, presidente de Conarpesa, quien envió una carta a sus 400 marineros con un mensaje personal y crítico hacia la conducción sindical. “Está en juego el sustento de sus familias, simplemente por priorizar lo que dice un dirigente por encima de lo que cada uno necesita llevar a su casa”, escribió.
Álvarez anunció que comenzarán a citar a quienes deseen salir a pescar y que recibirán un anticipo de dinero a cuenta de la próxima marea. “Solo tienen que firmar el contrato, el mismo que ya aceptaron maquinistas y capitanes”, señaló, apuntando que se trata de una decisión individual y no colectiva. “La familia siempre va primero. Lo diga Durdos o quien sea”, concluyó.

San Isidro también avanza con propuestas mejoradas
El Grupo San Isidro también envió mensajes a sus tripulaciones destacando que, ante el compromiso demostrado por la mayoría, decidieron mejorar las condiciones salariales propuestas inicialmente. Según informaron, no se absorberán los ítems fijos en el cálculo de producción, lo que representa una mejora de más del 10% respecto a la oferta original.
“Van a estar cobrando más de un 15% por encima de una marea similar al año pasado, sumado al beneficio de la reducción del impuesto a las Ganancias”, explicaron desde la firma.
El mensaje cerró con una invitación directa: “Lamentamos el tiempo perdido, pero valoramos haber encontrado este camino de entendimiento. Vamos para adelante”.
Un conflicto que redefine el esquema sindical del sector
La decisión de avanzar con acuerdos por fuera del SOMU marca un punto de inflexión en la relación entre sindicatos y empresas en el sector pesquero. La posibilidad de firmar convenios individuales divide aguas dentro de la marinería y genera tensión entre los trabajadores que priorizan la actividad y aquellos que aún responden a la conducción gremial.
En este escenario, el Gobierno nacional podría consolidar una nueva estrategia de resolución de conflictos laborales basada en la figura del consentimiento individual y en la activación de acuerdos por “situaciones extraordinarias”.
El tiempo dirá si esta vía logra reactivar plenamente la pesca langostinera o si el conflicto se profundiza. Pero lo cierto es que la presión por volver al trabajo ya se impone como motor de cambio frente a una representación sindical cada vez más cuestionada.
Fuente: Revista Puerto