La CEPH advierte sobre riesgos estructurales en el sector de refinación por el declino del crudo pesado

La Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH) alertó sobre los riesgos estructurales que enfrenta el sistema de refinación argentino ante el declino sostenido de la producción de crudo pesado en las cuencas maduras del país.

Según su último informe, el sistema opera al límite de su capacidad adaptativa y podría requerir mayores importaciones de crudo para sostener el abastecimiento, con impacto negativo en la balanza comercial y el precio interno de los combustibles.


Un sistema diseñado para otro tipo de petróleo

El documento detalla que el sistema de refinación fue concebido décadas atrás con una matriz orientada a procesar una alta proporción de crudo pesado, especialmente proveniente del Golfo San Jorge. La CEPH advierte que “modificar esta configuración requeriría inversiones de magnitud, hoy ausentes”, y que sin esos cambios, sería necesario importar crudo pesado para mantener el suministro interno.

Aunque la Cuenca Neuquina ha incrementado la producción de crudo liviano, este tipo de petróleo no resulta compatible con la infraestructura actual sin una transformación sustancial de las refinerías.


Riesgos para la seguridad energética

El informe también subraya que la declinación del gas natural en cuencas convencionales —como la del Golfo San Jorge, la Austral y la del Noroeste— añade un riesgo adicional para la seguridad energética nacional. Si bien la Cuenca Neuquina podría compensar parte del déficit, las limitaciones en el transporte impiden aprovechar plenamente ese potencial.

“Sin los volúmenes que aportan las cuencas maduras, serían necesarias inversiones urgentes en redes troncales, como el gasoducto San Martín, para garantizar el suministro”, remarcan desde la entidad.

En el caso del Noroeste argentino, la caída productiva forzó la reversión del Gasoducto Norte y la continuidad de importaciones desde Bolivia y Chile, especialmente en los meses de mayor demanda invernal.


Un frágil equilibrio comercial energético

La CEPH enmarca este diagnóstico en la evolución de la balanza comercial energética argentina, que desde 2011 sufrió déficits por la caída productiva y el aumento del consumo interno. Aunque en 2024 el país registró un superávit de casi U$S 5.700 millones, impulsado por mayores exportaciones de gas y crudo, la cámara advierte que sin medidas estructurales para sostener o reemplazar los yacimientos convencionales, el equilibrio podría revertirse.

El informe concluye que los hidrocarburos convencionales, pese a su declino, siguen siendo estratégicos para la estabilidad energética y macroeconómica del país. Su pérdida, sin alternativas consolidadas, podría reabrir un escenario de déficit energético, con consecuencias directas sobre los precios y las cuentas externas.

Fuente: Mejor Energía

Redaccion

Al Sur Noticias

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