El Gobierno está a un paso de implementar la censura a la prensa
En nombre del “Público” el Gobierno lanzó NODIO, una iniciativa que afirman es para “detectar, verificar y desarticular operaciones detrás de la información”. Las críticas no tardaron en aparecer. ¿Un primer paso al Ministerio de la Verdad, al estilo de Maduro en Venezuela?
La Defensoría del Público lanzó el Observatorio de la desinformación y la violencia simbólica (NODIO). Según anuncian: “Trabajará en la detección, verificación, identificación y desarticulación de las estrategias argumentativas de noticias maliciosas y la identificación de sus operaciones de difusión”.
Miriam Lewin, titular de la Defensoría del Público, aseguró que NODIO surgió como respuesta a la preocupación de las audiencias “por la circulación de mensajes cargados de violencia y desinformación en redes sociales y en medios”. Bajo esta premisa, que aparece como genuina, se afirma que buscan “proteger a la ciudadanía de las noticias falsas, maliciosas y falaces”.
Y en ese contexto, afirman desde la Defensoría del Público que lo que pretenden es contribuir a la “búsqueda de un periodismo de alta calidad” y al “fomento del debate sobre los aspectos éticos del ejercicio de la libertad de expresión en internet”, entre otras cosas.
Pero la realidad es que bajo el convencimiento de que “Internet potenció la libertad de expresión ciudadana”, ahora se aprestan a restringir esa libertad con un organismo de vigilancia, que no queda claro cuál será su alcance.
Cerca de la censura
Este Observatorio se cristaliza en expresiones previas a su designación como Defensora del Público por parte de la periodista que era proclive a sancionar a los medios que, según ella, se aprestaban a operaciones políticas, sin aclarar cómo pretendía hacerlo y de qué manera podría confirmar que, efectivamente, fuera una operación maliciosa.
Lo que es más llamativo es que, por un lado proclama la libertad de expresión que ofrece Internet y al mismo tiempo advierte que eso “también contribuyó a la propagación y viralización de desinformación o información maliciosa” lo que, según entiende la Defensoría “representa un problema para el desarrollo de la vida democrática”. Y para eso, aseguran, estará NODIO.
Inconstitucional
El problema es quién o bajó qué conceptos se determinan los criterios y según qué audiencia una información es “maliciosa” o “tendeciosa”. El doctor Félix Lonigro, abogado y profesor de Derecho Constitucional en la UBA, advirtió que “todo lo que tenga que ver con crear organismos con la finalidad de revisar información y adoptar medidas contra quienes informan, implica siempre mecanismos que en realidad coartan la libertad de expresión”.
Para Silvana Giudici, presidenta de la Fundación LED, fue categórica ante la consulta que le hizo, al respecto, el portal Infobae. “Esto es el primer paso hacia una cosa más grave”. Es la antesala de “un Ministerio de la Verdad. Se confunde el rol que el Estado tiene que tener sobre la libertad de expresión”. Para la ex titular de la Enacom, en la época de Macri, “se intenta desde un organismo estatal decidir qué información es maliciosa o qué información verdadera o falsa”.
Lonigro aclaró que “una cosa es que una persona se exprese y al hacerlo cometa un delito de calumnias o injurias, o apología del delito” por lo cual deberá asumir las consecuencias penales. Otra cosa distinta es que “un organismo decida quién informa y quién desinforma“, ya que se trata de un criterio subjetivo y por lo tanto condiciona la libertad de expresión.
Antirepublicano
Intentar establecer mecanismos de control a la expresión, es algo típico de las dictaduras. Y también contrario a un sistema republicano, dónde están tipificadas las sanciones cuando una expresión se transforma en impropia o implica un delito.
Esto remite, necesariamente hacia Venezuela. El régimen de Nicolás Maduro tiene un récord de medios cerrados, programas censurados y portales de noticias bloqueados. A lo que suma amenazas a periodistas, detenciones arbitrarias y persecuciones a todo aquel que haga críticas a su gestión.
Por lo que la pregunta de qué pasará con el libre ejercicio de la prensa, hoy garantizado por la Constitución Argentina, es necesaria. Si un medio o un periodista no le da el enfoque que NODIO cree que debe dársele a una noticia, ¿Sería malicioso? Y de ser así, ¿Qué pasaría? ¿Lo censurarán?