Sin planes sociales, la pobreza en la Argentina es del 50%
Los datos del Observatorio de la UCA son contundentes. La pobreza, si se contempla la asistencia del Estado desciende al 43,1%, la más alta de la década igual. La indigencia mejoró algo en el último año y alcanza al 8,1% de la población, pero sin planes se dispara al 19,6%.
Las estadísticas del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) son contundentes. No sólo hablan del deterioro este año por el agravamiento de las condiciones macroeconómicas y en particular la alta inflación, sino también de la degradación constante que se vive de las condiciones sociales en la última década.
18 millones de personas son pobres y 3,3 millones son indigentes en el país. Sin la asistencia del Estado (planes sociales) estos números serían peores.
Los números que duelen
Al presentar los resultados, el director del Observatorio, Agustín Salvia, indicó a un grupo de periodistas que todos los indicadores macro mostraron un retroceso desde el comienzo del segundo mandato de la presidenta Cristina Kirchner a fines del 2011: PBI, PBI per capita, creación de empleo registrado, poder adquisitivo y precarización del empleo, entre otros.
18 millones de personas son pobres y 3,3 millones son indigentes en el país
Agustín Salvia, director del Observatorio de la UCA
Tras la caída del año de la pandemia (2020), se vivió una lenta normalización de los índices pero los datos de este tercer trimestre de este año confirman que no alcanzó. Tanto la pobreza por ingresos, como la multidimensional crecieron.
El dato más alarmante es que hay más personas con trabajo formal que es pobre. Y mucho más gente cubierta por planes sociales. Desde la UCA plantean que, precisamente ese crecimiento de planes hoy “son la contracara del empeoramiento en las condiciones del mercado laboral”.
La cifra “positiva”, es el hecho de que, mientras la pobreza aumentó del 42,4% al 43,1%, este año, la indigencia bajó del 9 al 8,1%, precisamente por el aumento del gasto social.
Sin la asistencia social del Estado, la indigencia sería del 19,6% y la pobreza del 50 por ciento, según los supuestos de la UCA.
Los datos, aclararon los investigadores de la UCA, resultan volátiles en el marco de una inflación que crece al 7% mensual y una canasta básica que aumentó más que los precios en el último año.
Peor que hace 10 años
Si los números se observan con mayor perspectiva, el pesimismo es mayor, ya que en 2011 la pobreza era del 31,8% y la indigencia del 5,7 por ciento. En 2019, al final del gobierno de Mauricio Macri, estas tasas eran del 39,8 y el 8,4 por ciento, respectivamente; luego, con la pandemia y la larga cuarentena, subieron al 44,7 y 9,8 por ciento en 2020.
En términos de grupos etarios, la indigencia creció del 9,5 al 13,1 entre 2010 y 2022 entre los jóvenes de hasta 17 años y del 0,5 al 1,6 por ciento entre las personas de más de 60 años. En tanto, la pobreza pasó del 49,5% al 61,6% entre los más jóvenes y del 6,5% al 14,1% entre las personas mayores.

Salvia aclaró que se “la relación entre empleo y PBI se está volviendo regresiva y eso se compensa con transferencias sociales”. Además, advirtió que “hay una fuerte heterogeneidad al interior de los salarios: aumentó la desigualdad entre los asalariados”. “Es mayor esta desigualdad que entre los promedios de los empleadores y el promedio de los trabajadores”, indicó.
El experto aclaró que “la indigencia se sostuvo por el aumento de los planes sociales, mientras que desde 2013 aumentó la pobreza en forma sistemática”. Estos indicadores se registran mientras el gasto social aumentó en relación al PBI. “Esto impidió que se alcanzara un mayor aumento de la pobreza y la indigencia”, dijo Salvia. Pero, al mismo tiempo, “hubo un aumento de la precarización del mercado laboral y salarios a la baja”.
La pobreza multidimensional
Al realizar un cruce de la pobreza por ingresos y multidimensional, se observa que el nivel llega al 39,2%, frente al 37,8% de 2021. “Solo 27,6% de la población no es pobre bajo ningún formato”, explicó.
Como contrapartida, “el 51,7% de la población tiene un programa social, sin contar las jubilaciones” y el “40% de los niños recibe ayuda alimentaria”.
“La pobreza multidimensional experimentó una dinámica ascendente a lo largo del período. De 2010 a 2017 se observa un escenario caracterizado tanto por niveles de pobreza por ingresos más bajos en términos relativos como por el descenso progresivo de carencias no monetarias. La crisis del 2018 da inicio a otra etapa signada por el deterioro de las condiciones de vida”, indicó la UCA. El conurbano bonaerense es el territorio que peores condiciones muestra en términos de pobreza multidimensional: pasó del 39,4 al 46,5 por ciento desde 2010.

El fuerte deterioro social se refleja en otros campos, precisó Salvia, ya que “la capacidad de ahorro viene descendiendo en forma sistemática desde 2011 y por supuesto los sectores marginales pierden más”; en paralelo, aumentó el malestar psicológico de la población. “Entre los nuevos pobres aumentaron más los casos de depresión por el empeoramiento en las condiciones de estabilidad”.
Con empleo y pobre
El derrape socioeconómico de la última década tuvo su correlato en el mercado laboral, informó Salvia, ya que el porcentaje de población con empleo pleno cayó del 45,1 al 40,7 por ciento desde 2011 y, aunque cayó el desempleo abierto, subió el subempleo. Además, el 17,1% de los trabajadores con empleo pleno son pobres.

“Es un problema estructural: no se crean buenos empleos”, indicó. Pese al temor de varios sindicatos, el final del régimen de doble indemnización no empeoró la situación de los empleados.
Del total de la población ocupada, el 16% está en el sector público, el 30% en empresas privadas y el 53,6% en microempresas o cuentapropistas; este último rubro saltó desde el 46,9 del 2011.
En términos de remuneración, el promedio actual mensual está en $79.000, pero los empleados del sector público llegan a unos $111.000, los privados formales a $110.000, los informales a $ 62 mil y los de la economía social a 50.000 pesos, según este informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina que se presentará hoy a las 17.30 en un debate con la participación de Salvia, María Migliore, politóloga, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires; Dante Sica, economista, ex ministro de Producción y Trabajo de la Nación y Emmanuel Álvarez Agis, ex viceministro de Economía.
Resta conocer el dato del Indec de la pobreza del segundo semestre del 2022. En el primer semestre para el organismo oficial llegó al 36,5% y la indigencia al 8,8 por ciento. Sin embargo, más allá de los números, tal como lo describió la UCA, la raíz de esta brecha social es la ausencia de estabilidad macroeconómica y la persistencia de un “modelo fallido de desarrollo”.