Argentina: un país dónde no se valora a los docentes
Argentina es el quinto país del mundo que menos valora a sus docentes, según un reciente estudio de la Fundación Varkey, un dato que se suma a la crisis que atraviesa el sistema educativo local, con huelgas constantes, con docentes multitarea, mal pagados y alumnos que no aprenden.
El Global Teacher Status Index 2018, que por primera vez incluye Argentina, sitúa al país en el puesto 31 de 35 en cuanto a la percepción que la sociedad tiene de sus docentes, el segundo peor dato de América Latina, solo por detrás de Brasil, que ocupa el último puesto. En la cima del ránking se encuentran China e Indonesia.
“El informe no da cuenta de las razones por las que el estatus del docente es tan bajo. Lo que sí muestra, por primera vez, es que existe un vínculo directo entre el estatus de los maestros y el rendimiento del alumno, según las mediciones de PISA. Este es el punto central”, explicó a la agencia EFE el director del capítulo local de la Fundación Varkey, Agustín Porres.
Argentina, que fuera líder regional en educación, ve ahora cómo los datos de sus vecinos le adelantan mientras en su territorio se cuestiona la calidad y la desigualdad educativa, la inclusión y la remuneración de los profesores.
El estudio revela, además, que los profesores argentinos trabajan más horas por semana de lo que estima la sociedad. En concreto, 12.5 horas más, solo superados por los peruanos en la clasificación.
Por eso, para Porres, los factores que intervienen en “la configuración del imaginario colectivo sobre los docentes” va más allá de lo que estos “hagan o dejen de hacer”.
El vasto territorio argentino acumula casos de profesores que suman tareas no pagadas a su jornada y los transforma, por momentos, en transportistas de sus estudiantes, cocineros, conserjes e incluso psicólogos en escuelas con contextos más complejos.
Ahí el docente es una especie de “súper hombre”, como apunta el presidente del proyecto Educar 2050, Manuel Álvarez Trongé, “que asume una serie de funciones que lo exceden”, y los contenidos académicos pasan casi inevitablemente a un segundo lugar.
Para Álvarez Trongé, la crisis de popularidad que atraviesa esta profesión “se ha incrementado con las falencias que la gente empezó a detectar en el sistema, especialmente por incumplimiento de los días de clase”.
“Cuando tienen 50 días de paro como tuvo Neuquén (sur) o en su momento Santa Cruz (sur), que tuvo el año pasado más de 80 días sin clase (de los 180 que dicta la ley), evidentemente esto causa un desprestigio muy grande en la función del maestro”, prosiguió.
Se refiere a las múltiples huelgas docentes que se replican por todo el territorio en reclamo de mejoras salariales para paliar los efectos de la inflación, que este año ascenderá en Argentina al 47.6 por ciento , según analistas consultados por el Banco Central.
El experto habla además de la “deuda educativa” que tiene la nación con sus alumnos, por la falta de infraestructuras que “imposibilita que un 35 por ciento de los niños acceda al sistema” y por los datos que apuntan a que apenas la mitad de los que logran ingresar termina su formación.