El lado oscuro de la pobreza: los ingresos familiares quedan por debajo de los promedios
Las estadísticas oficiales no reflejan la realidad de la distribución del ingreso, y la clase media se desvanece
El índice de pobreza del INDEC, tanto el actual como los de administraciones anteriores, está en el centro de la polémica. Los datos promediados no reflejan la realidad de millones de familias que, aunque sus ingresos superan levemente la línea de pobreza, viven en las mismas condiciones que quienes están oficialmente bajo ella.
“Argentina está sufriendo una gran transformación estructural en su patrón de distribución del ingreso. La clase media va desapareciendo a gran velocidad y hay una gran montaña de la ciudadanía que está en torno a la pobreza, los ‘casi pobres'”, advirtió Alfredo Serrano Mancilla, director ejecutivo del CELAG, en diálogo con EFE. Según sus estimaciones, si se suman estos sectores, cerca del 80% de la población argentina está en situación de pobreza.
Pobreza y desigualdad
El caso de los jubilados es una muestra clara de esta distorsión: aunque la mayoría de las 7,4 millones de pensiones superan en solo 716 pesos la línea de pobreza del INDEC, representan apenas un tercio de la canasta básica real que calcula la Defensoría de la Tercera Edad.
Las desigualdades regionales agravan el panorama. La diferencia entre los ingresos familiares en la Ciudad de Buenos Aires y en Resistencia (Chaco) –la jurisdicción más pobre, con un 60,8% de habitantes bajo la línea de pobreza– alcanza casi el 75%. Excluyendo CABA, un salario en Tierra del Fuego duplica al de provincias como Formosa, Chaco, La Rioja, Santiago del Estero y Salta.
A pesar de la desaceleración inflacionaria y la estabilidad macroeconómica destacadas por el gobierno de Javier Milei, el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) advirtió que “sin una recuperación de la capacidad de consumo y de los salarios reales, los índices de pobreza podrían estabilizarse en niveles preocupantes”.

El impacto del aumento de tarifas en 2024 es otro factor que afecta la distribución del ingreso, ya que elevó el peso de los gastos fijos sobre los variables, limitando la capacidad de consumo de los hogares. Además, la medición oficial no incluye el costo del alquiler, a pesar de que el 40% de las familias no tiene vivienda propia.
Las cifras promediadas ocultan una realidad más cruda: según el CELAG, en el tercer trimestre de 2024, la mitad de los hogares con ingresos menores a $360.373 no alcanzaba siquiera ese promedio, y el 79,2% de los hogares quedaba por debajo del escalón de $700.000.
El desafío no solo radica en mejorar las estadísticas, sino en replantear cómo se mide y se combate la pobreza en Argentina.
Fuente: Noticias Argentinas