Crisis petrolera: ¿qué pasa con las millonarias indemnizaciones que reciben los trabajadores en la cuenca del Golfo San Jorge?
En Chubut y Santa Cruz, los operarios petroleros desvinculados reciben sumas que superan los $90 millones. Especialistas advierten que, sin capacitación ni acompañamiento, ese dinero puede evaporarse sin generar desarrollo real.
Indemnizaciones millonarias como contención temporal
La crisis del sector petrolero en la cuenca del Golfo San Jorge dejó una postal repetida en las últimas semanas: trabajadores desvinculados con indemnizaciones elevadas, pero sin un horizonte claro. Mientras se multiplican los acuerdos de retiro voluntario, las sumas que reciben los operarios pueden parecer un alivio inmediato, pero también esconden un problema de fondo.
En Santa Cruz norte, se estiman indemnizaciones promedio de $90 millones por trabajador, mientras que en Chubut, abogados laboralistas hablan de montos que van de $100 a $500 millones, dependiendo de la jerarquía, la antigüedad y el rol técnico.

Para un jefe de equipo con décadas de experiencia, eso puede representar más de medio millón de dólares al tipo de cambio actual. Pero incluso en los casos de menor calificación, los montos son significativos para los estándares regionales.
El riesgo de repetir errores del pasado
El economista Alejandro Jones, del Observatorio de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, advierte que este dinero puede convertirse en un espejismo si no se acompaña con un plan integral de reconversión productiva. “No alcanza con soltar plata y desear suerte. Ya lo vimos en los ’90: muchos abrieron negocios sin planificación y la mayoría cerró en menos de tres años”, remarca.
Según Jones, el nuevo contexto laboral —más atomizado, con menos grandes contratistas— favorece la creación de microemprendimientos familiares, como puede ser un padre e hijo con un camión. Pero para que eso funcione, dice, “hay que formar empresarios, no solo dar cheques”.
Capacitar, planificar y evitar estafas
La propuesta apunta a brindar capacitación en gestión, contabilidad, planificación financiera y negociación de contratos, para que el trabajador técnico desvinculado pueda reconvertirse de forma sostenible. Además, Jones pone el foco en un riesgo que crece en tiempos de incertidumbre: las estafas y falsas promesas de inversión.
“En contextos críticos aparecen los oportunistas. Hay que evitar empujar a los desvinculados hacia la especulación financiera sin conocimientos. La capacitación tiene que ser seria y adaptada a la realidad local”, remarca.
¿Oportunidad o colapso?
La gran incógnita es si estas indemnizaciones históricas podrán canalizarse hacia un proceso de diversificación económica en la región, o si apenas serán un respiro antes del colapso. Para Jones, el Estado y el sector privado deben asumir un rol activo: “El desafío es convertir este momento crítico en una oportunidad para redefinir el modelo económico del Golfo San Jorge”.
Fuente: ADNSur