Santa Cruz ante la crisis más inesperada

Abrieron los mercados futuros y tanto el crudo de Brent, como el WTI caen de una forma como no ocurría desde 1991. El barril cotiza por debajo de los USD 34 y pone al petróleo santacruceño por debajo de su nivel de rentabilidad. Si el escenario se mantiene y no hay reacción de los Gobiernos, Santa Cruz se encamina a una crisis social y económica con ribetes impredecibles.

Por Irene Stur

En las vísperas de una negociación clave entre Sinopec y los gremios petroleros las noticias no son halagüeñas. El barril de crudo se derrumba de manera tal que no sólo Sinopec, sino todas las operadora pusieron en revisión todos sus planes de inversión.

Los gremios petroleros amenazan con paralizar todos los yacimientos, sino se revierten los 70 despidos (que ellos afirman son cerca de 100). Se trata de trabajadores que están en situación de stand by desde hace 12 a 24 meses. El gobierno, en tanto, apeló a que las autoridades chinas intercedan para que se pueda llegar a buen puerto y el conflicto no escale.

Pero nadie se esperaba la debacle actual. El viernes, cuando todos apostaban que la Opep+ anunciara un mayor recorte de la producción, pasó todo lo contrario. Rusia rechazó el freno en 500 mil barriles diarios que los países árabes le propusieron y el crudo se desplomó un 10%.

Hace poco más de una hora los mercados futuros ya comenzaron a operar y la noticia es que el petróleo cae en picada libre. De los 52 dólares que alcanzó a tener a comienzos de la semana pasada, abre la actual en valores que ronda los USD 33,9. Una baja de casi el 30% en un sólo día, si se considera el cierre del viernes.

En peligro

Con un Brent en torno a los 34 dólares, significa para Santa Cruz una comercialización de crudo que, en el mejor de los casos, estará en los 27 dólares. Un precio que no registraba desde el 2014. Aquel año fueron miles los puestos de trabajo en los yacimientos que pasaron a “paz social” o “stand by”.

En la actualidad el break ever point (punto de equilibrio) de los yacimientos convencionales está en los USD 45 dólares. Es decir que se está abajo en 17 dólares y eso pone en jaque la producción santacruceña.

En paralelo los gremios tensan la cuerda y no están dispuestos a consentir despidos. Es que son conscientes de que la pérdida de un solo puesto de trabajo podría ser una cadena interminable que termine sumando cientos de ellos.

La llave del acuerdo la tendrá la política, una vez más. En 2016, cuando el crudo también descendió a niveles similares, el Gobierno mantuvo vigente el “precio sostén” fijando el barril criollo en los USD 54,90. El mínimo necesario para que la actividad sea rentable.

Por ahora el Gobierno nacional nada dice y las provincias petroleras, nucleadas en la Ofephi tampoco se han expresado. Pero de no orquestarse una respuesta rápida, el sector petrolero puede sumergirse en una debacle que implicará mucho más que pérdida de puestos de trabajo. Sólo en regalías directa la caída de ingresos podría llegar, de persistir estos valores, a más de 400 millones de pesos mensuales.

Redaccion

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